23,50 € / kilo
24,50 € / kilo
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Aceite de sésamo ecológico 100% vegetal – Sin lactosa, Bajo contenido en sal, Bio, Envasado en átmosfera protectora, Sin azúcares, Sin azúcares añadidos, Sin gluten, Sin huevo, Sin proteína láctea
21,90 € / litro
Crema de coco vegetal que puedes montar con la densidad que quieras para decorar tus tartas veganas como más te guste. Con la friolera de un 91% de coco. En otras palabras, prácticamente todo es coco. Con un contenido graso del 30%, esta crema de coco es tan cremosa que ya no querrás nata montada. Para esta crema de coco para montar (o nata montada de coco vegana), tan solo necesitas esta bonita lata. Deliciosamente cremosa, deliciosamente vegana. Sin el emulgente goma guar. Aunque sí con el aglutinante natural tapioca, que hace que esta crema de coco quede extra firme.
Su 80% de contenido de coco y su porcentaje de materia grasa natural del 22%, convierten a nuestra leche de coco en un aliado indispensable en tu cocina. Su densidad y gusto permiten elaborar fabulosas recetas, tanto dulces como saladas, con texturas y presentaciones sorprendentes y sobre todo: exquisito sabor.
Aceite de cáñamo procedente de agricultura ecológica, rico condimento para tus ensaladas.
35,80 € / litro
El cáñamo es una fuente proteica vegetal de las más asimilables y disponibles. Su proceso de extracción en frio hace que mantenga todo su valor nutricional. Su principal componente proteico es una proteína globular llamada edestina (66%), que es altamente digerible y se encuentra perfectamente adecuada a las necesidades del cuerpo. Es ideal como aporte proteico en deportistas y atletas.
El psyllium se cultiva en el noroeste de la India y se utiliza en medicina ayurvédica desde hace miles de años. El cascabillo de las semillas de psyllium está compuesto casi exclusivamente de hemi-celulosa que actúa en el intestino como una esponja, da consistencia a las heces, estimula el peristaltismo. El mucílago y fibra del Psyllium puede, en caso de estreñimiento, permitir el deslizamiento de la materia fecal. Es una excelente fuente no calórica de fibras solubles (ocho veces mejor que el salvado de avena).
